El público está en el escenario
Dice Manuel Vicent que el futuro de la literatura está en el libro de instrucciones y no va desencaminado. A lo Stephen King los aparatos electrónicos terminarán leyéndonos a nosotros , nos comerán pasando página como buenos devora libros y es que cada vez somos más aparato, más marioneta, más guiñol. Mi propio ordenador ha insistido tres veces en borrar el texto de esta columna y tras varios careos he conseguido ganarle la batalla, todo y siempre en defensa de la cultura.
Los amantes de la literatura pueden ir pensando en hacerse hombres libro, como escribiera Ray Bradbury en la nada tópica novela Fahrenheit 451 llevada al cine por Truffaut . Cuatrocientos cincuenta y uno son los grados a los que arde el papel, debemos de estar a cuatrocientos cincuenta. Elijan su obra preferida y memorícenla para irla dejando en herencia vocal a sus descendientes.
Mi amigo Fernando Moreno animado por César Gómez Ruano dice bien, “algunos acabaremos comprando libros ya muertos , libros grandes, pesados y desahuciados por la curiosidad que a fuerza de no leerlos sisearan al gato, a los ratones o a las cucarachas para devolverlos al menos al limbo del papel”.
Somos parte de la Aldea Global y debemos adaptarnos al medio con inteligencia para que el medio no nos devore. La humanidad está interconectada por Internet, pero esta es un arma de doble filo… Ya lo dijo McLuhan a finales de los sesenta con su afamada frase “el mensaje está en el medio”. Pero si se veía venir ¿Por qué no se ha utilizado para bien? ¿Por qué se nos ha ido de las manos? ¿Quién gana con esto?
El truco de la incultura es tan viejo como la profesión de puta. Para manejar a la masa hay dos armas elementales, el miedo que es algo que utilizan los políticos y las religiones con virtuosismo y la incultura. La religión ha perdido fuerza, ahora toca analfabetizar al pueblo, obstaculizar, impedir que se edite buena literatura, que se piense y tal vez -en un plan ecológico-, reciclar la basura en las televisiones. Tema a parte y con la misma raíz son los problemas con los derechos de autor y es que por el interés te quiero Andrés o te quise Teddy. La Lupe lo cantó “ la vida es puro teatro”, unos dirigen la obra, otros se dejan dirigir y otros hacen taquilla. Es un problema que urge resolver antes de que sea demasiado tarde. El analfabetizador que lo analfabetice mal analfabetizador será y es que analfabetizar un país es cosa fácil, pero volverlo a alfabetizar ya no lo es tanto.
Salgan del escenario y reivindique buena literatura, teatro, arte, televisión… porque ahora más que nunca nos tienen encerrados y para qué salir si fuera está todo está prohibido. Reivindiquemos la cultura o -como en Fahrenheir 451- vayamos memorizando un libro.
Saquen las tijeras, comiencen a cortar hilos que sólo nos atrapan en su madeja, afilen la cuchilla buñueliana en este guiñol, sesguen todo lo que les enturbie la visión. Ladre la cultura, ladre El Perro Andalúz porque cuando la marioneta se miente a sí mismas también le crece la nariz y cuidado, que en el guiñol termina viniendo el malo por detrás con el garrote.
Guillermina Royo-Villanova
Artículo publicado en El Imparcial en defensa de la cultura
