El erotismo berlanguiano

Tamaño natural. El erotismo berlanguiano. Nadie escapa a la mirada de Luis García Berlanga. Ese retrato agridulce, irónico y mordaz de la sociedad en una España dividida a la que redimió en sus obras con cierta ternura y en la que todos nos reconocemos. Sin embargo, es la faceta como erotómano y fetichista del zapato de tacón la que aquí nos ocupa. Más allá del anárquico e irreverente papel que jugó en su vida pública, existió un Berlanga esclavo de su propia subversión que trascendió su obra. El erotismo en la vida y obra de Luis Berlanga ocupa un lugar fundamental, casi como un trofeo personal que pocos se atreven a tocar. Más allá del tratamiento cómico que le dio en su filmografía –una debilidad casi infantil por la que se le bautizó como «el erotómano santón»–, se gestó un erudito en el arte de la concupiscencia y el fetichismo.

Casi sin darse cuenta se convirtió en un teórico que disfrutó con la narración de la indecencia, compiló una biblioteca voluptuosa sobre el tema, puso en marcha su propia colección erótica (La sonrisa vertical) y dejó sus muchas idealizaciones en diversos programas, escritos y crónicas. Tamaño natural. El erotismo berlanguiano transita por el lado más profano de uno de los cineastas más santificados del cine español. Todo ello de mano de la escritora, Guillermina Royo-Villanova, quien desde el primer momento se interesara por el estudio de la libídine de su suegro, el oscuro objeto de deseo de este fascinante ensayo.

Con prólogo de Rafael Maluenda (Berlanga Film Museum).

Todo sobre el ensayo

Tamaño natural. El erotismo berlanguiano. Un ensayo de Guillermina Royo-Villanova

Artículos relacionados Contracultura La Razón » El berlanguiano secreto…»

(por Rebeca Argudo , Julio Valdeón y Jae Tanaka)