De La Ametralladora (La Trinchera) a La Codorniz, un vuelo entre balas
Como vimos en la segunda entrega, en los años previos a la Guerra Civil la prensa satírica o de humor en el ámbito conservador estaba dominada por la revista Gracia y Justicia. En el contexto combativo catalán resaltan magazines como El Be Negre, y La Campana de Gracia -más tarde L´Esquella de la Torratxa– y Papitu. En el bando republicano -entre más de cuatrocientas publicaciones sólo en Madrid- destaca La Traca. A partir de aquí comienza a despuntar el Humor Nuevo (5ª entrega) en publicaciones como Buen Humor, Gutierrez, La Risa, Cosquillas y Muchas Gracias. Un humor que sobrevivió con un breve latido bajo la metralla en revistas como La Ametralladora.
La publicaciones durante la República defendían distintas visiones. Todavía bajo la perspectiva de la libertad de prensa de la constitución del 31 que perseguía fuertemente las publicaciones antirrepublicanas.

Así, Gracia y Justicia, semanario en la órbita de la CEDA y esa derecha provincial castellana, suele centrar sus chistes en los enemigos políticos habituales como los republicanos y ateos. En cambio La Traca, sicalíptica y anticlerical se ensañan con la burguesía, la monarquía y el clero.
Durante la República y la Guerra Civil los humoristas gráficos y las publicaciones satíricas con mayor o menos gracia, desempeñan la función de portavoz de diversos sectores de la opinión pública.
Como consecuencia, el humor será todo menos imaginativo y se retrocede ahogando los coletazos vanguardistas de revistas como Gutierrez.
La Trinchera

En agosto de 1937 la Secretaría General del Estado crea en Salamanca la Delegación del Estado para Prensa y Propaganda. Esta Delegación será la encargada de crear La Trinchera, un semanario gratuito para los soldados del bando nacional, bajo la dirección del periodista y abogado Rogelio Pérez Olivares. La publicación seguía la misma línea de lo que ya se hacía en el bando Republicano.
Es el año 1938. En un lado de la trinchera, La Ametralladora; en el otro lado, un lugarteniente de la CNT se ríe a carcajadas con una viñeta del pasquín No veas.
Como había sucedido durante la República los dos bandos quisieron controlar las publicaciones satíricas y la prensa en general. Lógicamente se convirtieron en panfletos propagandistas con más mensajes doctrinales que intención de entretenimiento. Y esto era para ambos bandos.
Publicaciones Republicanas
Entre los humoristas que se comprometieron con la República descollaron Antoniorrobles, Bon, Robledano, Sawa, “Menda” Perdiguero, Bagaria en La Vanguardia, Guasp, Puyol, Saw, Gallo, Del Arco, López Ruiz, Bluff, Ramón Peinador, Bardasano, Arribas, Consuelo Gil, Goñi... En Ahora: Martínez de León y K-Hito…
Por su lado, la «prensa de trinchera» del bando republicano fue muy numerosa (hasta 454 periódicos de guerra, la mayoría ilustrados), se contaron por miles los pasquines, octavillas y Flyers. Como “El Pueblo en Armas”, de Sacha, aparecido en Pocholo, o las historietas para las cubiertas de Pionero Rojo.

Entre los diarios gráficos he seleccionado algunas publicaciones o bien por su relevancia o por el propio nombre, siempre tan ilustrativos. Entre ellos: Ahora, Avance (diario socialista de Asturias), Las Batalla, Claridad: Diario de la noche; El Diluvio, Euskadi; Fragua Social, Solidaridad Obrera; El Liberal; La libertad; El Mercantil Valenciano, Mundo Obrero; El Socialista; ltavoz de Frente, El Leninista El Leninista, “butlletí del PSUC…
Los más conocidos cuyos nombres nos llegan hasta hoy como:
El Sol ( los “Dibujos de almohadón” de Bagaria ) ; Treball, La Vanguardia o su suplemento de humor La Vanguardia de los niños.
Revistas cómicas republicanas:

Como Estel, Font y Pervenir, el Pionero Rojo “Semanario de los niños obreros y campesinos”, Renacer y ¡Via Avant!, Camaradas ode Calderilla. El Obrero de la Tierra (Madrid, 1937), ilustrado por Bardasano y Arribas.
El humor gráfico aparecía también en publicaciones como Avanzada, “Semanario Comunista del Comité Provincial de Albacete”, Unidad, “órgano de la 48 brigada”, ¡Al Frente!, “Diario de las Juventudes Socialistas”, llevó viñetas desde 1937, de Peinador.
Y otras publicaciones como el madrileño Boletín interior de la 38 brigada Por qué luchamos, Frente Sur (Periódico de altavoz del frente Sur), editado por el Comité Provincial de Jaén del Partido Comunista de España entre 1937 y 1939.

También son memorables los dos tebeos titulados: Hay que evitar ser tan bruto como el soldado Canuto : peripecias y desdichas de un mal soldado. Publicados en La Voz del Combatiente. Criticón; No veas (Bardasano) ; Aladino, “Semanario infantil socialista”; Mirbal, “Noticiero infantil” (Goñi).
En La Correspondencia de Valencia, en la Traca y el diario republicano La Libertad fue habitual Carlos Gómez Bluff, que también colaboraría en ¡PUM!, “Portavoz del humorismo republicano” (1935).Macaco, Gutiérrez, Buen Humor , Cosquillas y Muchas gracias en las que colaboró junto a Herreros y Mihura…
Volviendo a La Trinchera, la de los nacionales
Bajo el nombre de La Trinchera la publicación no tuvo mucho éxito, básicamente porque el humor brillaba por su ausencia. Con todo destacaban artículos propagandísticos como los de Tebib Arrumi, que no era otro que Víctor Ruiz Albéniz (1885-1954), el cronista oficial del Régimen y, ya que estamos, abuelo de Alberto Ruiz Gallardón.
A partir del tercer número, la revista pasa a llamarse La Ametralladora. Según se explicaba en la propia publicación, este cambio se hacía porque los rojillos, con repugnante vileza y desfachatez moscovita, nos han copiado el título.
Trincheras de papel

Y así fue, al menos por una de ellas porque fueron dos las revistas republicanas con el mismo nombre. También reconozcamos que el nombre no era muy original y menos para estar disputándose como la «gran idea».
Así el bando republicano editó una publicación con el genial nombre aunque en plural Trincheras, Semanario del soldado editado por la J.S.U (Juventudes Socialistas Unificadas) de ideología marxista-leninista e incluso otra revista homónima Trincheras : Portavoz del Primer Batallón de la 31º Brigada Mixta (febrero de 1937) Frente de las Juventudes de Valencia.

El fin de estas revistas era elevar la moral de los soldados en el frente, informar desde su perspectiva sobre la guerra, adoctrinar sobre los ideales de la República y ofrecer entretenimiento. El mismo fin de la revista Trinchera pero con diferentes doctrinas y para distintos soldados…
De todas maneras el nombre de la revista, que como hemos dicho destaca por su originalidad, ya había sido utilizado en un seminario político satírico jaimista -obrerista y democrático-, editado entre 1912-1919 en Barcelona durante la Restauración. Con el subtítulo Semanario jaimista. Radicalismo e intransigencia. Nobleza y sinceridad, destacó por sus duras campañas contra los lerrouxistas y demás elementos anticlericales enemigos del tradicionalismo.
El no tan curioso caso de Lorenzo Goñi

A la izquierda vemos una de las colaboraciones de Goñi en Trincheras. Como vemos comenzó colaborando en publicaciones republicanas. Lorenzo Goñi nació en Jaén pero pronto su familia se trasladó a Barcelona.
Sólo oigo rumores. Con catorce años un sarampión le dejó sordo, por lo que se libró de alistarse pero se convirtió en un ser tímido e introvertido.
Un día mientras paseaba por el campo mató a un gato de una pedrada. Aquello le produjo un remordimiento horrible y a partir de entonces y a modo de expiación, los gatos pasaron a tener protagonismo en su obra.
Goñi dibujó muchos carteles de guerra para el Sindicato de Dibujantes profesionales de UGT en Barcelona. También colaboró asiduamente en semanario L’Esquella de la Torratxa y en el ya nombrado diario del PSUC (Partido Socialista Unificado de Cataluña) Treball con el escueto subtítulo: Diario de los trabajadores de la ciudad y del campo y Órgano Central del Partido Socialista Unificado de Cataluña (adherido a la Internacional Comunista).
Goñi también colabora en Mirbal, “Noticiero infantil” , de marcado contenido ideológico con relatos ilustrados que animaban a los niños a la lucha armada y el fusilamiento de los facciosos..
Terminada la guerra civil, Goñi intentó mantener oculta esta trayectoria profesional. Un pasado que tras la guerra, sus nuevos amigos nacionales desconocían.
Goñi tras la Guerra Civil

Al finalizar la contienda, ya desde Pamplona, colabora con el semanario Haz, que editaba el SEU (Sindicato Español Universitario), que pertenecía a la Delegación Nacional de Prensa y Propaganda de Falange. Ahí es nada el cambio de camisa que dio.
En La Codorniz no colabora hasta 1945 cuando tenía como director a Álvaro de Laiglesia. Entre 1950 y 1960 participa en el diario Pueblo, y en 1955 en Don José. En 1962 ganó el Premio Nacional de Bellas Artes de Grabado con su serie Tauromaquia onírica.
Para Ediciones Marte hizo un cuaderno para El arte a la pata coja, como hicieran Sileno, Munoa o K-Hito. Para la colección Trovas de Humor y de Amor publicó el libro Abenamar, mientras continuaba su colaboración con el diario ABC, que había empezado en 1952 y que terminó en 1981, cuando decidió dedicarse sólo a la pintura y al grabado.

La obra de Goñi tiene un componente trágico que la hace intrínsecamente española. El mismo Goñi opinaba que el humorismo no es nada más que una manifestación de libertad y de crítica de la vida; algo que le resultaba divertido y placentero.
Publicaciones: ABC, Bazar, Blanco y Negro, Don José, El Combatiente del Este, El Español, Haz, Juventud, La Codorniz, La Estafeta Literaria, L’Esquella de la Torratxa, Trincheras, Los Domingos de ABC, Mirbal, Mundo Hispánico, Sábado Gráfico, Treball. Goñi ilustró obras de los escritores del Siglo de Oro, de Cervantes y de su amigo Camilo José Cela. En los años cincuenta también dibujó los libros Marcelino, pan y vino, La burrita Non y Luiso del guionista y subdirector del diario Arriba, José María Sánchez Silva. Durante la transición colaboró en Sábado Gráfico.
La Ametralladora (1937-1941)

Como hemos visto antes de liarme con Goñi, eran varias las publicaciones atrincheradas al nombre «trinchera« y fue así como La Trinchera nacional decidió cambiar de nombre y pasó a llamarse La Ametralladora.
La Ametralladora inicial tenía una impresión tosca, poco material gráfico y escasos juegos dialécticos ya que el lector comparte la tesis y no necesitan complicarse. Tampoco se esmeraron mucho en la maqueta y el diseño ya que tenía fines propagandistas.
La Ametralladora fue una publicación de nacionales para nacionales plagada de consignas como otras en el bando republicano. Una ametralladora con la que se disparó a todos los niveles contra el enemigo.
En sus páginas desfilaban instrucciones políticas, discursos, eventos conmemorativos y ridiculización del enemigo a todos los niveles. A pesar de todo, y como explicaré más adelante, La Ametralladora fue transcendental para el humor gráfico español postbélico.
Como hemos visto el contenido de la revista era propagandístico, es decir: aburrido. Incluso las viñetas, a parte de las del ilustrador propagandista del bando nacional, Teodoro Delgado (1907-1975), eran poco sugerentes y realizadas sin mucho arte por personas que se escondían bajo seudónimos.

Parece que les había salido un bodrio de panfleto. La publicación necesitaba refrescarse pero debía ser a cargo de alguien con experiencia editorial. Y los responsables de la propaganda del Estado, -a los que les había gustado el estilo del Nuevo Humor de revistas como Gutiérrez-, contactaron con Mihura.
Miguel Mihura, recién llegado a San Sebastián desde el Madrid republicano, parecía el idóneo para llevar la revsita que en aquellos días se editaba en Salamanca.
Cuando requieren que Mihura se persone en Salamanca, el dibujante acababa de comenzar a colaborar en la revista nacional Vértice, donde firma con el pseudónimo de Lilo.
Puedo imaginar que para Mihura, al ver aquellas páginas plagadas de propaganda bélica, no debió de ser fácil la decisión.
(1) Portada de Tono: Ya aquí vemos la influencia de Ramón Gómez de la Serna que adelantándose al surrealismo ya nos había editado El Incongruente (1922), un artefacto narrativo que narra la absurda vida del inefable Gustavo el Incongruente, afectado, por el mal del siglo: la incongruencia.
La Ametralladora con Mihura
Oximoron: Mihura / Semanario bélico

Así, parece imposible que un tipo como Miguel Mihura -nada dado a exaltaciones patrióticas-, terminara dirigiendo un semanario bélico.
Este panfleto propagandista no era en absoluto la publicación con la que soñaba Mihura, pero al escritor le gustaba vivir bien y no estaba la cosa para rechazar trabajos.
Por otro lado, la Delegación le concedía aparte de un buen sueldo (750 pts), otros privilegios como el salvoconducto, traslado de su hermano Jerónimo a Donosti, material fotográfico a voluntad y prensa humorística extranjera. Un lujo éste que le acerca a los humoristas italianos que tanto le influyeron.
La Bicefalia de «La Ametralladora»
Mihura se puso manos a la obra y solicitó la colaboración de sus antiguos compañeros en las viejas publicaciones (Buen Humor y Gutiérrez) de los años 20 y 30. Tono, Edgar Neville y Herreros, Tomás Borrás se encargaría del terrero político como comisario de la revista.

Es decir, en un principio Miguel Mihura se ocupa de la dirección artística, y Tomás Borras lleva la parte propagandística. De esta manera Mihura no se comprometía demasiado políticamente.
En aquél momento La Ametralladora publica versos heroicos, parodias de la prensa roja, reportajes sobre la barbarie comunista y daba voz al soldado (Fuego graneado). Un panorama este de la doctrina que no amedrantó a Mihura para introducir el humor lúdico, surrealista y absurdo en medio de tanta tragedia.
Es en La Ametralladora más que nunca cuando se comienza a practicar la Deshumanización del Arte de Ortega y Gasset y el triunfo de las formas desencarnadas de la realidad cotidiana y la exaltación de la puericia. La metáfora que enmascara gracias a ese instinto que induce al hombre a evitar crudas realidades. Un arte nuevo que desconcierta a los inspectores censores de la propia revista. Un humor deshumanizado que destaca por su originalidad, innovación , pureza y autenticidad. Un proceso antirromántico, es más, que parodia el romanticismo. Un humorismo antirrealista, sin referencias explícitas; un arte surrealista hacia la intranscendencia y la incongruencia, que elige la metáfora o lo onírico ante la realidad.
Es comprensible que esta bicefalia provocara una lucha de poder entre Tomás Borrás, encargado de supervisar lo estrictamente ideológico y adoctrinador, y Mihura ávido de introducir el Humor Nuevo ramoniano.
(…) Todo el arte nuevo resulta comprensible y adquiere cierta dosis de grandeza cuando se le interpreta como un ensayo de crear puerilidad en un mundo viejo. Otros estilos obligaban a que se les pusiera en conexión con los dramáticos movimientos sociales y políticos, o bien con las profundas corrientes filosóficas o religiosas. (…)
La Deshumanización del Arte. Ortega y Gasset
De Juan Brasa a Álvaro de Laiglesia
Cuando Mihura comienza a trabajar en La Ametralladora, no tarda en recibir sugerencias incómodas en cuanto a la línea editorial. En noviembre de 1937, la Delegación envía a San Sebastián a Juan Brasa Sánchez como redactor-jefe que firmaba con el pomposo seudónimo de El Legionario de la Pluma.

El Jefe de la Prensa Nacional de aquél momento –Pedro Gómez Aparicio-, le concede a Mihura un aumento de sueldo y aprovecha para remarcarle el camino ideológico que venía a ser el apoyo al combatiente.
Estaba claro que no iban a dejarle hacer la revista de humor literaria que él deseaba. Aún así, al combatiente se le podía apoyar con humor.
Con todo, deben mantener las formas. Si la portada es humorística, la contraportada deberá amoldarse a las leyes de la propaganda. De vez en cuando, un chiste gráfico de Tono de sabor político, pero ilustrado de tal modo que se rebaja la pulsión hostil.
Junto a sus más estrechos colaboradores, Mihura se dedicó a realizar un humor escapista, dejando para los viejos redactores e ilustradores la parte propagandística y beligerante.

Era difícil mantener los contenidos humorísticos junto a las demandas propagandísticas. Por lo que Mihura para evitar los enfrentamientos con Juan Brasa Sánchez incorpora a un nuevo redactor-jefe menos advenedizo, José Simón Valdivielso.
Como veremos en junio de 1938 Ercilla es nombrado redactor-jefe de La Ametralladora, cargo que ostenta sólo unos meses. En su sustitución y para suavizar la situación entre Borrás y Mihura, se incorpora a un adolescente llamado Álvaro de Laiglesia.
El joven De Laiglesia ya había colaborado en la revista Flecha (1), órgano juvenil de la Falange.
(1) La revista Fecha, ¡Arriba España! (enero 1937), fue la publicación infantil y juvenil más característica del franquismo durante los años 40.. Nació poco después de la revista carlista Pelayos, a la que imitaba. Más tarde pasaría a llamarse Flechas y Pelayos cuyo propósito era inculcar los valores afines al régimen. En realidad era una mezcla de propaganda introducida de manera amena gracias a elementos recreativos. Contenía historietas, cuentos, novelas por entregas y personajes que servían como herramientas para su fin. El lado lúdico se cubría con recortables y pasatiempos.
Mihura y su equipo -ya con Enrique Herreros-, continúan con la idea de seguir introduciendo el nuevo humor vanguardista.
La ley de prensa de Serrano Suñer (1938)

En abril de 1938, en plena Guerra Civil, Serrano Suñer crea la Ley de Prensa con el objetivo de suprimir la prensa republicana, haciendo del conjunto de la prensa una institución al servicio del Estado, instrumento de adoctrinamiento político.
Desde la Subdelegación del Estado para Prensa y Propaganda de Guipúzcoa, reciben órdenes explícitas que prohiben meterse con la Iglesia.
«Se prohibe atacar en absoluto a la Santa Sede y en general toda afirmación que pueda ser molesta para el Vaticano. En la información militar tanto gráfica como literaria deberá ser evitada la personalización caprichosa»»
El proyecto personal de Mihura estaba acosado por la censura y no estaba cómodo. Incluso en más de una ocasión pensó abandonar La Ametralladora:
(…) Te envío urgentemente las fotografías y textos que la censura civil de aquí nos ha tachado.
Como creo que se trata de una represalia de tipo personal motivada por el incidente que tuvimos en números anteriores y como a mi entender no hay razón para tacharnos esos textos y esas fotografías, alguna de las cuales ya se han publicado otra vez en nuestra revista, te ruego que tomes las medidas necesarias para que no exista esta saña contra nosotros pues de seguir así, yo no me comprometo de ninguna manera a seguir haciendo La Ametralladora. […] El incidente ocurrido en números pasados ha sido verdaderamente doloroso, pero si de aquí en adelante y con motivo de él, existe esta especie de desconfianza con La Ametralladora, y los señores encar- gados de la censura ven un doble sentido o una mala fe en todo lo que publiquemos yo, como te digo, me creo incapaz de sostener esta lucha infantil. Carta de Mihura a Jesús Ercilla, nuevo Director General de Prensa. 2/9/1938.
El órgano censurador debía estar desconcertado al revisar las páginas de La Ametralladora; un semanario de guerra salpicado de este Nuevo Humorismo que como contrapunto tenía un cariz intranscendente y absurdo.
La Ametralladora sin metralla
Miguel Mihura libra su guerra particular dentro de la publicación. Poco a poco va ganando terreno en el papel según se posicionaban los nacionales. Como que no quiere la cosa va inyectando un humor más gratuito, libre y absurdo, introduciendo un delirio ficticio en el corazón de un delirio real.

Como hemos visto, la publicación que le estaban confiando estaba lejos de ser la idea que tenía Mihura sobre una revista de humor, ya que debía de hacer concesiones y mantener las consignas y la propaganda. Con todo, Mihura se dio cuenta que podía ser una buena catapulta para el futuro.
No sin trabas, el Humor Nuevo consiguió abrirse paso, imagino que a paso regular, más cercano al paso militar de ganso o de la oca, pero con vistas al paso de (La) Codorniz.
A pesar de que la publicación estaba orientada ideológicamente, parece que finalmente consiguieron introducir ese humor deshumanizado en el territorio de la guerra y la tragedia.
A partir del número 18, Mihura pasa a ser el responsable bajo el seudónimo de Lilo cinco números más tarde ya aparece oficialmente como director. Para entonces, La Ametralladora había pasado a editarse en Valladolid.
Ya te he dicho cincuenta veces que no quiero que vayas a la guerra. Luego vuelves con el traje lleno de manchas.
La publicación tuvo una tirada media de 100.000 ejemplares editados a cuatro tintas en buen papel. En la revista también se publicaban a menudo artículos y chistes de la italiana Bertoldo, una magnífica publicación que Mihura tuvo siempre como referente. De hecho en la sección Caricaturas Requisadas se reproducen a doble página viñetas europeas.

Gran parte de las portadas de La Ametralladora eran obra de Tono y de Enrique Herreros, por aquél entonces influenciado por el expresionismo alemán.
Esta serie de portadas junto a las del mismo Mihura, bajo el seudónimo de Lilo, constituyen la mejor compilación de humor gráfico de la época en Europa, con el mérito añadido de que se realizaron durante la Guerra Civil.
Principales colaboradores de La Ametralladora

La publicación cuenta con secciones satíricas como Las aleluyas, parodia de los retablos contra políticos como Azaña o Stalin. Los apartados de humor conviven con los Diálogos estúpidos, Las caricaturas requisadas, El espaso de Tono y las greguerías de Neville.
Mihura mantiene los contenidos humorísticos y las demandas propagandísticas de Gómez Aparicio van a satisfacerse sólo a medias.
En la última época de la publicación, Herreros fue esencial en La Ametralladora, ya que Mihura había ido desatendiendo sus responsabilidades en la revista y delegando cada vez más en Tono, Herreros y Álvaro de Laiglesia. Los que en el futuro encubarían el huevo de La Codorniz.

Principales colaboradores portadores del Humor Nuevo:
Miguel Mihura, Tono, Edgar Neville, Enrique Herreros, Álvaro de Laiglesia. Otros: José Simón Sánchez Valdivieso Teodoro Delgado y Tomás Borrás.

Como vimos en junio de 1938, Jesús Ercilla, es nombrado redactor-jefe de La Ametralladora, cargo que ostenta sólo unos meses.
En realidad ejerce como supervisor político de la revista. Ercilla, médico psiquiatra, fue el hombre de confianza del falangista Onésimo Redondo en Valladolid, donde fundó en 1931 el diario Libertad. En su sustitución llega un joven Álvaro de Laiglesia.
La edición de la revista pasó de Valladolid a Salamanca, luego a Bilbao y finalmente de nuevo a San Sebastián. Ganada la guerra por los nacionales, La Ametralladora edita su último número el 21 de mayo de 1939.
¡Extra! !Extra! La Ametralladora en el archivo Digital del Reina Sofía
Con una costilla de Ercilla. La clave hacia La Codorniz
La amistad entre Ercilla y Mihura fue clave para que la Dirección General de Prensa le concediera a Mihura la autorización administrativa para poder publicar el primer número deLa Codorniz.

El 12 de febrero de 1939, poco antes de que La Ametralladora se despidiera de sus lectores, el joven redactor-jefe Alvaro de Laiglesia escribe un reportaje en el que desvela los higadillos de la redacción.
El artículo -ilustrado con fotografías de los humoristas-, es en realidad una astuta maniobra publicitaria de Mihura. Por otro, lado los autores que se habían encargado de la parte propagandística son silenciados:
(…) está Guillen Salaya, el popular escritor, que con Estany Serra nos hace los artículos doctrinales y las consignas. Y Valdivielso, que aunque ahora trabaja poco para nosotros, ha sido uno de nuestros más respetados y queridos redactores.
Como se deduce en el artículo Mihura tenía la idea de seguir con un proyecto nuevo: (…) Quizá vuelva. Pero a lo mejor me presento ante ti cambiada. Iré vestida de otra manera. Te contaré otras cosas distintas. Tendré otra sonrisa aún más joven.
María de la Hoz (1939) La Ametralladora a cuatro manos
María de la Hoz es el primer libro a cuatro manos de Tono y Mihura. Una compilación de textos de ambos autores publicados en diferentes medios, en su mayoría relatos publicados en La Ametralladora.
Para entender este humor nuevo que Mihura insistía en introducir en La Ametralladora, no hay nada como sustraerlo de las consignas que se repartían por sus páginas.
La colaboración entre Antonio Lara de Gavilán (Tono) y Miguel Mihura durante la guerra se hace muy estrecha. De esta colaboración nacen muchos de los artículos de La Ametralladora, así María de la Hoz y más tarde Ni rico ni pobre sino todo lo contrario o el experimento fílmico Un bigote para dos.

María de la Hoz con prologo de Jacinto Miquelarena, que también colaboraba con Tono y Mihura en La Ametralladora y en Vértice, cuyo director artístico es Tono.
La publicación incluye ilustraciones de Lilo, firma que como hemos visto, utiliza Mihura durante la guerra por miedo a las represalias.
El libro fue publicado en noviembre de 1939 en la colección La novela del sábado.
En esta época la influencia entre Mihura y Tono es mutua. Es un humor aparentemente basado en el buenismo que no incurre en la descalificación o en el tópico, ni siquiera en un lejano realismo.
Aunque contextualizada en el Madrid de la revolución, María de la Hoz es un compendio de momentos humorísticos irreales y absurdos que podrían ser extrapolados a cualquier tiempo en cualquier guerra o incluso para una guerra ficticia.
El agua, en realidad, no faltaba. Pero el encargado de los Canales, que era un encargado desaprensivo, para aumentarla la echaba agua. Esta era la causa de que el agua tuviese mucho sabor a agua.
Mihura y Tono, 1938
El Humor Nuevo en María de la Hoz

Pese a que Miguel Mihura vivió desde Madrid la realidad de la batalla, el inicio de los paseos, los primeros disparos y bombardeos, no hay en sus textos experiencias personales ni nada que conecte con lo real.
El tono de los artículos de María de la Hoz es muy diferente a otras novelas de este súbgenero de batalla donde suele imperar un tono épico y heroico. Es más, es una parodia de estas.
María de la Hoz no pretende elogiar a los vencedores y vituperar a los vencidos, ni sirve a fines propagandistas, aunque sí el resto de la plataforma donde fueron publicadas. El humor que introducen Mihura y Tono no se ensaña en la situación de los perdedores, que sería lo fácil.
En María de la Hoz no hay ningún rasgo de maldad, inquina o crueldad; tampoco se posiciona frente a sus comportamientos. Los textos se limitan a una descripción humorosa que nos recuerda a la futura guerra de Gila. En definitiva, es una parodia absurda de lo real donde las leyes de la lógica, la lingüística o la física están subvertidas y supeditadas al absurdo.
Estos textos de guerra no narran nunca hechos reales, se basan en el absurdo que se acomoda incluso en las situaciones más penosas de la absurda Guerra Civil.
Recursos Humorísticos
Para desmitificar y parodiar la batalla de Madrid utilizan recursos típicos de este Nuevo Humor.
- Transforman entes colectivos en individuales. Así el Estado Mayor tiene su propia esposa, o los Batallones de las Infames, los Feroces Dependientes de Ultramarinos Finos o los Corsarios.
- La deshumanización de Ortega y Gasset la encontramos por ejemplo en el caso del capitán ruso que es comido como si de un vívere se tratara.

- Las frases hechas adquieren un significado literal. Así al «repartir la tierra” los personajes se llevan a casa cubos de tierra del parque del Retiro a sus casas.
- Personalización de objetos y animales: Así un desconsolado barco ruso llora como un viudo la muerte de su capitán.
- Confusión entre sexos: La Pasionaria es un señor con barba y bigote y Azaña es muy señor de su casa.
- Situaciones al límite como herramienta para el absurdo: Así el personal vive disfrazado de objetos -algo muy de la novela Don Clorato de Potasa de Neville-, y no con el uniforme de un ejército al que no se sienten adictos.
Como los republicanos piden la igualdad, el mismo hombre que entrega una carta al mensajero para ser llevada en bicicleta acompaña al repartidor y las calesas son ocupadas por los viajeros en el pescante para que no piense el conductor que el viajero es más que él.
Mihura, Tono, Herreros, Poncela o Neville dieron luz con su humor a una de las épocas más oscuras de España.
Próximamente en El Humorismo es un Género de Vida : La Codorniz de Mihura (1941.1945) La revista más audaz para el lector más inteligente.