El Humorismo es un Género de Vida (II)

Del humorismo en Europa y la prensa satírica del SXIX en España.

Intentar definir el humor apuntaría a una total carencia de ese sentido ya que es un estado de ánimo cambiante según el sujeto que contempla lo cómico. Lo que sí podemos es afinar más con su forma de expresión del humor –el humorismo-, a través de las artes o en la misma calle donde encontramos un amplio abanico de humores mestizos. Así encontramos el humor – negro, amarillo, verde, burlesco, surrealista, grotesco, absurdo, cínico, sexista, irónico, zafio…- y “el humor con mala idea” que es el humor de verdad.

Aún así, cada una de estas cualidades de expresión que conforman el humorismo obtiene partículas nuevas de lo que parecía indivisible ya que el humor no se deja atrapar en una sola sentencia.

Aunque en muchas ocasiones utilizamos diferentes técnicas literarias y figuras retóricas como soporte humorístico, de poco sirven si oralmente no son espontáneas. En el caso de un guion cómico, necesitarán estar bien interpretadas.

Humani nihil a me alienum puto

Terencio

Nada humano le es ajeno al humorista que se sabe de la misma carne que sus víctimas. Se sabe sujeto a idénticas flaquezas, porque lo divertido es que todos podemos convertirnos en la burla ajena. Sólo teniendo conciencia de esto se puede llegar a ese estado de ánimo del que surge el humor.

Prensa satírica SXIX La Codorniz Nuevo Humor

El Humor Nuevo que surge a principios del siglo pasado, parte de esta elevación desde lo particular a lo genérico.

Es un humor que proyeccts la comicidad del individuo sobre el plano general de la especie en esta Divina Comedia que es el teatro de la vida.

Cuando nos reímos del espectáculo de un necio nos reímos de la necedad humana. Es decir, para hacer humor se necesita en el plano intelectual esta capacidad de generalizar, un poco de ternura camuflada como componente afectivo y materia para elaborar su arte. Todos estos ingredientes se desparraman en un proceso anímico reflexivo macerado en un sentimiento cómico, lo que viene a ser la chispa o gracia ingeniosa…

Un ser no empático podría regalar eventualmente una gracia siguiendo una fórmula aprendida pero nunca tendrá alma si no sale con arte de los higadillos. El humorismo también depende de factores antropológicos y sociológicos, aunque aquí prefiero tratarlo fuera de los sujetos en un contexto. Pensemos en el humor como un factor de unión que diferencia al ser humano de los animales, un arte basado más en la creatividad de cada sujeto.

Claro que depende del dónde, cuándo, cómo y por qué. Y además, para que funcione ha de comenzar riéndose del propio creador para crear ese vínculo de empatía que le permite a uno reírse del personal. Al fin y al cabo, no hay que darse tanta importancia porque a pesar de vivir tiempos de «falsos puritanos» y «ofendiditos»: la distancia más corta entre dos personas sigue siendo la risa.

Gracias a la capacidad crítica y subversiva que tiene el humor trabaja como uno de los puntales del pensamiento crítico y democrático. Una herramienta muy útil tanto para combatir el dogmatismo como para disfrazarlo y hacerlo más llevadero.

Este ensayo no se centra en la tradición del humor satírico. Mi interés se centra más bien en la forma en que el discurso humorístico es ideológico en un sentido amplio. Es decir, que inmerso en un cierto contexto social y cultural, refleja o refracta el sentido común, los valores, los prejuicios y las visiones del mundo de una comunidad. En este sentido, la postura opuesta a la idealización del humor es la condena del mismo como vehículo y perpetuador de estereotipos, actitudes y prejuicios negativos (sexistas, racistas, etc…)

También de cuando en cuando puede uno reírse de si mismo; y es un placer que se da por añadidura. Porque al cabo se siente uno más inteligente que antes y como carenado de nuevo

Guillermo Büsch

Humor escrito y eutrapelias

Luigi Pirandello definiría el proceso humorístico como el resultado de la contraposición de dos sentimientos que suscita la reflexión activa durante la lectura de una obra o situación (Esencia, caracteres y materia del humorismo). Para el dramaturgo italiano esta reflexión se mantiene conscientemente explícita y presente durante toda su obra. La reflexión del artista se extiende a sus lectores creándoles una intuición naíf de su opinión y su forma de sentirlo.

Para los más ortodoxos Cervantes es el comienzo del humorismo. Lo que fue sin duda Cervantes es un genio que involucra al lector hasta el tuétano de tal manera que acompaña a Don Alonso Quijano en sus ridículas hazañas como si de su fiel escudero se tratase. De esta manera cuando llega a su punto más cómico el lector no puede reírse, inmerso en un sentimiento de tristeza y en defensa de «el héroe». Cervantes nos dio un héroe con un humorismo intrínseco hasta la lágrima. 

De Richter y Cervantes

Enlazando con el Quijote de Cervantes volvamos a la universalidad del humor de Richter, o Jaen Paul, como se hacía llamar en honor a Jacques Rousseau. El escritor alemán se sirve de lo pequeño y finito para medir lo infinito. Se trata de una transposición de términos -de lo infinito a lo subjetivo-, destruyendo el contraste entre subjetivo y objetivo.

El humor, como destrucción de lo sublime, no hace desaparecer lo individual, sino lo finito en su contraste con la idea. Para él no existe la tontería individual, ni los tontos, sino sólo la tontería y un mundo tonto. A diferencia de lo cómico vulgar, no pone en evidencia una locura individual. Rebaja la grandeza y eleva la pequeñez. Richter coloca al grande al lado del pequeño al mismo tiempo que lo pequeño al lado lo grande, reduciendo a ambos a la nada, porque ante lo infinito todo es igual y todo es nada. 

La genialidad de Cervantes no podía abusar de la burla ante una demencia accidental o de una tontería vulgar. Don Alonso y su escudero yacen bajo la igualdad infinita. Este paralelo humorístico entre el realismo y el idealismo -entre el cuerpo y el alma-, nos devuelve al humor universal richterniano. 

Los tres Quijotes de Herreros. ( Expresionismo en tinta, naturalismo codornices y cubismo)

El buen humorista protege la tontería individual, y ataca al verdugo y todos los espectadores, porque no es la tontería de tal o cual, sino la simpleza humana. La persona con humor inteligente se reirá de sí mismo y deberá que lo hagan utilizando por ejemplo ese efecto cómico de la parodia que achica al tamaño del simple su figura; porque lo que puede haber de risible en su conducta es lo que tiene de común con esa masa incapaz de comprender la grandeza de los espíritus selectos.

Para el escritor humorístico el humor es una manera de manifestar su personalidad e independencia, un baile de seducción, un señuelo sin anzuelo. Pero otra vez, para que esto funcione, se necesita una legitimación de este humor, tiene que haber complicidad entre el escritor y sus lectores. Por ello veneramos a los escritores que perduran a lo largo del tiempo, que más allá del momento sociocultural de la época apelan a la condición humana o a su estupidez infinita, como diría Einstein.

Jardiel Poncela

Para Wenceslao Fernández Flórez el humorista no es precoz y su arte no se da en los pueblos jóvenes ni en las literaturas en formación. Para que florezca el humor se necesita una fase cultural avanzada y cierto clima político y moral. Sólo con cierta preparación se puede ascender de lo particular a lo universal.

El humor escrito reflexiona sobre lo que de antemano resulta cómico. Da un sentido intelectual a lo risible, quita sentido a lo que lo tiene devolviéndole su sentido en todos los sentidos, porque está con-sentido.

El humorismo es una actitud ante la vida que te hace libre y te abre los pulmones. Es inmediatez, ridículo domado…

Para Jardiel Poncela, el humorismo “piensa, sabe, observa y siente. Para Edgar Neville el humor es la manera de entenderse entre sí las personas civilizadas.

El humor es darse cuenta de por dónde cojean las cosas, el juego más inofensivo y limpio de intenciones, un capricho, un lujo…

Miguel Mihura

Tanto Neville como Fernández Florez compartían la creencia de que sólo las personas inteligentes y con una educación desarrollada son capaces de captar el Humor, mientras que los seres sin educación que purulan por este vaciamiento ideológico y analfabetismo filosófico: son impermeables a él.

Por lo general es cierto, y hay que tener cuidado porque el humor malentendido en estos seres es directamente proporcional a un prominente garrotazo en la cabeza. A veces la ironía duele al que la suelta… Otras veces en cambio  es una manera de evitar roces y situaciones desagradables, una salida de emergencia.

Para Oscar Wilde «El humor es la gentileza de la desesperación», es el último y más seguro reducto de la libertad. El humorista es un ser que ejerce desde la lucidez una libertad independiente. Se desmarca de lo establecido y burla el orden del mundo. Por ello es tan valioso en épocas de opresión, de crisis, de muerte. Porque el humor tiene el poder de convertir la obviedad en su más obvia contrariedad.

Muchos tiemblan cuando lo oyen llegar, otros hacen que no lo oyen, otros no lo oyen y oye el que lo oye, lo alimenta y deja que se apodere de situaciones banales elevándolas a momentos inolvidables, desdoblando la evidencia a un plano nada plano.  

Por lo tanto el humor es fundamental para nuestra adaptación al mundo o para que este se adapte a nosotros, dependiendo de quién sea la versión. ¿Nos obliga el humor a ser más reflexivos o son los reflexivos los que viven con mejor humor? Desde luego fue antes la extinción que el dodo.

El sociólogo de literatura y comunicación,  Robert Escarpit diría que El humor sólo es difícil a las personas honestas,  lo que no me parece del todo honesto, aun definiendo persona honesta como persona sin perspectiva, lo que no sería justo, honestamente, y es que existe el humor honesto (Robert Escarpit escribió El humor, uno de los mejores estudios sociológicos sobre el humor, si no el mejor). 

El humor surge al saber que todos los problemas están resueltos por la muerte, que vendrá a arreglarlos 

El humorismo, como el misticismo, es un contar con la muerte. Pero cuenta más el humorista que el místico, porque no juega la coartada de otra vida. El optimismo es un misticismo inverso y alegre que se queda aquí, el optimismo es el misticismo de la tierra, como el misticismo es el optimismo del cielo. La muerte se lleva la obra de otros –en el sentido de que la niega o desmiente- pero del humorista: nada se lleva. No hace falta entender pero sí al menos asumir lo absurdo del mundo, lo que te deja en situación de privilegiada víctima.

Henry Bergson

Al ser el hombre un animal que ríe se deduce su superioridad ante los animales, también en la capacidad que tiene en putear a los de su especie sin ninguna causa aparente de lucha por la supervivencia, a excepción de los babuinos, a los que el ocio les inspira la necesidad de establecer jerarquías según su capacidad de fastidiar a sus semejantes. El hombre ríe ante la torpeza, el perjuicio, el error, el fracaso, el ridículo, el adulterio, el bobo, todo esto nos hace reír mucho. Es decir, volvemos al mismo concepto, en realidad: nos reímos de nosotros mismos. 

Henry Bergson, el filósofo de la intuición, en su ensayo La risa, tras plantear muchas hipótesis y diseminar lo cómico en tubos de ensayo, deduce que no sólo es el hombre el único animal que puede reír sino que “hace reír”; porque fuera de lo humano no hay nada cómico, a no ser que esto nos recuerde al hombre.

La alegría que nos produce el espectáculo del mundo nos hace reír, más aún cuando somos conscientes de que esta vida termina con otra eterna… pero sólo eterna desde el fin. Esa superioridad ante los animales también se puede definir como neurosis: el hombre ha creado una civilización que no soporta, unas restricciones, jerarquías, una moral, y luego otra, un sistema político, una sociedad opresiva que si juzgáramos severamente nos convertiría en cretinos, locos o asesinos.

Lewis Carroll

Así, el humor es la vacuna social que nos vendemos a nosotros mismos. La civilización crea una gripe, la sociedad te mete el miedo, la farmacéutica te vende el remedio, el gobierno cobra, al fin y al cabo, la risa es lo mismo, porque sin ella, cobrarían con otra moneda.

Pero el humorismo lucha, no se resigna, se revela contra todo esto, no se ríe socarrón desde su butaca, como buen activista es una respuesta a una sociedad oprimida, no se rinde porque el último resquicio de lealtad moral está en uno mismo aún sabiendo que nada puede cambiar la necedad del mundo. 

El humor clásico tiende a burlarse cruelmente del individuo, del impudor quevediano y su agudísima irónía surge un humor bastante cabrón y poco empático.

El humor romántico por lo contrario se retroalimenta de la ironía, el sarcasmo, de la tentación de pensar dos o tres cosas a la vez sobre ninguna cosa o sobre todas. Un humor que hace un mundo heterogéneo, generoso en géneros,  de perderse en simbolismos y es que lo que no se entiende puede colar si sólo se sugiere.

El juego consiste en hacerse del voluntariado de la confusión y poner en contradicción el pensamiento de uno mismo con el pensamiento universal. Estas dos vertientes del humor crearon a principios del siglo XIX un ambiente muy rudo entre los periodistas. 

El auténtico humorismo literario no es un juego de palabras virtuoso, es un sentimiento que invade los textos desde los pensamientos del escritor hasta las teclas de su máquina de afeitar. En ocasiones, la búsqueda de la inocencia a través del caos.

El humor romántico es la actitud grave del que compara el pequeño mundo finito con la idea infinita, lo cual da como resultado una risa mezcla de dolor y de grandeza. Es un cómico universal, lleno de tolerancia y de simpatía hacia todos aquellos que, participando de nuestra naturaleza (…)

Richter 

Brevísima excursión a las raíces del humorismo literario

Humorístico es el género que enjuicia la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas, por lo tanto es justo decir que el humor literario aparece con el lenguaje escrito.

Mark Twain

Desde HomeroAristófanes, MenandroLuciano de SamosataPlauto, los poetas satíricos Marcial y Horacio, la parodia y picaresca de Petronio en su Satiricón, el sutil humor erótico de Giovanni Boccaccio, la picaresca renacentista -El Lazarillo de Tormes, El Buscón-, el Arcipreste de Hita, el precursor del teatro en el Siglo de Oro, Lope de Rueda y el humor del barroco con El Quijote de Cervantes, la parodia de Lope de VegaCalderón de la BarcaFrancisco de QuevedoWilliam ShakespeareBen Jonson (…más rápido en la métrica satírica que Ben Johnson en los 100 metros lisos). La prensa satírica del S XVIII o el teatro de Molière, la ironía de Voltaire, la sátira de la naturaleza humana de Los Viajes de Gulliver de Jonathan Swift, la sátira del irlandés Lawrence Sterne

El humor es una de las mejores prendas que se pueden vestir en sociedad

William Thackeray

En la literatura satírica del S.XIX en Europa destaca la sátira epigramática e ingenio fustigador de Oscar Wilde, el humor localista de los ingleses Edward Lear y Lewis Carroll, creadores de la literatura del absurdo ‘nonsense’, y la subversión de lo racional que dio paso a los -ismos del SXX (dadaísmo, surrealismo, futurismo…)

Referentes como la crítica social a través de la ironía y la caricatura de Charles Dickens, el ingenio hilarante de Mark Twain, el humor cáustico, irónico y mordaz de Ambrose BierceWilliam Thackeray, el comedor de opio Thomas de Quincey y su arte de asesinar, Chesterton el príncipe de las paradojas, el humor subyacente en las novelas de Feodor Dostoievski y a finales de siglo aparecía la Patafísica de Alfred Jarry y sus seguidores.

Mi manera de escribir es casi pensar en voz alta y seguir mis movimientos de humor, sin reparar en quién me está escuchando; si me detengo a reflexionar en lo que es propio decir a esta o aquella persona, pronto dudaré de que exista una parte de mi relato que con propiedad pueda contarse. Lo cierto es que me imagino que ya han pasado quince o veinte años y me hago a la idea de que escribo para quienes entonces se interesarán por mí.

Thomas de Quincey
Salvador María Granés

Entonces en España el humorista era un metafísico desengañado, al que por fin se le tiene en cuenta en los ámbitos críticos. Un humor de herencia romántica que en España convivió en la segunda mitad del S.XIX con la tradición festiva.

 No podemos olvidar el amargo humor en la literatura romántica de Mariano José de Larra. Ese escepticismo y amargura que inspira su ingenio humorístico tan perspicaz como ácido. Ni Las Fábulas de Hartzenbusch, el proliferó comediógrafo y humorista Salvador María Granés o la labor humorística de Manuel Casal en las publicaciones festivas y satíricas con discípulos como Francisco CambordaBartolomé José GallardoSebastián de Miñano y BedoyaJuan Martínez Villergas y Félix Mejía cultivan el humor en la prensa a través de la sátira.

La prensa satírica SXIX en España

Prensa satírica SXIX. El Duende

La historia de la prensa satírica en España ha estado siempre ligada a la lucha contra la censura. Desde la primera revista, El Duende Crítico de Madrid (1735) que ya circulaba clandestinamente, múltiples cabeceras han desafiado al poder (Felipe V) desde el humor y la sátira. Este panfleto satírico en concreto se atrevía a denunciar las injusticias y a airear los trapos sucios de los miembros de la Corte. Manuel Freire de Silva, un fraile, era quien se escondía detrás del Duende. Fue apresado tras publicarse el último número, pero, escurridizo, escapó de prisión y desapareció del mapa. El recuerdo de su osadía permaneció y años después, muchos panfletos siguieron su camino.

Prensa satírica SXIX

Trienio Liberal (1820-1823)

En este breve periodo constitucional la Ley de libertad política de la imprenta favoreció la aparición de periódicos de este género. La prensa satírica se convirtió entonces en el medio que utilizaba la burguesía liberal para difundir su ideología y criticar a los representantes del Antiguo Régimen: Fernando VII, la Iglesia y el carlismo. (Publicaciones como: El Zurriago (1821) y La Tercerola)

La Década Ominosa (1823-1833)

Con la restauración del absolutismo en los últimos años del reinado de Fernando VII, hubo un periodo de represión y retroceso en la evolución y calidad de la prensa satírica.

En este contexto, únicamente destacan El duende satírico del día (Madrid, 1828) y El pobrecito hablador (Madrid, 1832), ambas impulsadas y redactadas por Mariano José Larra bajo pseudónimo.

Durante el reinado de Isabel II (1833-1868) y hasta el final del SXIX, debido a la fuerte censura del gobierno permanecen publicaciones afines al régimen como El Cascabel (1863) y algunas excepciones como el periódico Gil Blas (1864) de ideología republicana.

En esos año tuvo lugar la Guerra de Marruecos (1859), el recrudecimiento del carlismo con la intentona del general Ortega en San Carlos de la Rápita (1860) y la última guerra carlista (1872-1876), la rebelión cantonal (1873), la primera Guerra de Cuba (1868-1878) y la segunda y definitiva en el 98. Por lo que no es de extrañar fuera una época blanca de sátiras.

Aún así convivieron más de cien publicaciones con contenido satírico que combinaban la prosa y el verso mordaz y agresivo.

Como las desvergonzadas láminas Los Borbones en pelota, firmadas por SEM y falsamente atribuidas a los hermanos Bécquer.

La colección consistía en un álbum de 107 láminas pornográficas y denigrantes, pintadas en acuarela, donde aparecen caricaturizados personajes públicos y de la Corte. Ilustraciones acompañadas de agudos textos poéticos. Lo que viene a ser porno gráfico con muy mala intención.

Otra publicaciones tenían un corte más clásico como la prosa afilada de El ruedo ibérico de Valle Inclán en el siguiente siglo.

Prensa satírica SXIX

El Mata-moscas  (Madrid, 1836), Guindilla (Madrid, 1842) o El padre Cobos (Madrid, 1854) y La Risa Enciclopedia de extravagancias (1843-1844), fundada por el poeta festivo Wenceslao Ayguals de Izco, de corte clásico-romántico costumbrista, de literatura de sana moral, gastronomía, y carcajadas; con escritos en prosa y en verso por varios poetas del buen humor y un habilísmo cocinero… Una publicación folletinista que contaba con las colaboraciones de Zorrilla, Hartzenbusch o López Pelegrín.

En cuanto al formato, se introduce el grabado xilográfico marcando un antes y un después en la estructura y las formas literarias, iniciando la transformación en la prensa gráfica.

En el Sexenio Democrático (1868-1874)

Con la victoria de la revolución del 68, desaparecen la mayoría de los títulos favorables al régimen de Isabel II.

Gracias a un nuevo periodo de libertad de expresión en el que se pone fin a las sanciones, reaparecen publicaciones que habían sufrido la censura como Fray Gerundio (Madrid, 1837) y Mundo Cómico (Madrid, 1872).

A la revistas veteranas de Madrid como el Gil Blas se sumaron otras como La Campana de GraciaEl Padre Adam, en Sevilla, El Cencerro, en Córdoba, o La Flaca: Revista liberal y anticarlista, en Barcelona que desempeñaron un papel crucial en moldear la opinión pública. En sus páginas se dieron a conocer las firmas de dibujantes como Ortego, Pellicer o Perea.

La Flaca (1869-1873) Revista liberal anticarlista

Prensa Satírica  SXIX

El periódico satírico barcelonés tuvo repercusión en toda España -difundiéndose también en Italia y Francia-, gracias al uso pionero de la cromolitografía en sus grabados y la calidad de sus ilustraciones.

Barcelona se había convertido en uno de los principales focos del periodismo y del movimiento republicano federal. Abanderada por la sátira política de la mano de las caricaturas de su principal ilustrador, Tomás Padró.

El triunfo de la revolución ‘Gloriosa’ significa el final del reinado de Isabel II y trae consigo la desaparición de la censura previa, que se consagra con la aprobación de la Constitución de 1869. 

Prensa satírica SXIX

Esto permitió la difusión de La Flaca, una revista incisiva, republicana, federal y anticlerical.

Las autoridades monárquicas (Amadeo de Saboya) persiguieron la caricatura política como arma ideológica de La Flaca que una y otra vez burló la censura cambiando de nombre.

La misma publicación se distribuyó como La Carcajada, La Risa, La Risotada y La Nueva Flaca, La Madeja, La Madeja Política… Manteniendo siempre su línea editorial y la colaboración de su principal ilustrador, cerró definitivamente en 1873.

“Señores, voy a serles franco, estoy hasta los cojones de todos nosotros”

Estanislao Figueras, primer presidente del Ejecutivo de la 1ª República

Restauración borbónica (1874-1931)

Prensa Satírica  SXI X

Durante la Restauración España disfruta de una etapa de estabilidad política y una muy relativa y arbitraria flexibilidad y libertad de expresión. Tras la llegada al poder de los liberales, se promulgó (1883) una nueva ley de imprenta que supuso un considerable avance en la prensa satírica.

Esto no supuso el final de los problemas legales y se seguía considerando delito cualquier ataque a la monarquía, la religión, la forma de gobierno y las instituciones fundamentales del Estado. Aún así proliferaron las publicaciones satíricas opositoras al régimen.  Como siempre, gracias a la censura se agudiza el ingenio de los editores que emergen como setas a pesar de las multas, secuestros de ediciones y las frecuentes condenas de cárcel.

Prensa Satírica  SXIX

A partir de 1906, la nueva Ley de Jurisdicciones implicó un retroceso en la libertad de imprenta pero no pudo impedir la existencia de una extraordinaria pluralidad de publicaciones.

Entre las publicaciones satíricas más importantes editadas en Madrid durante la Restauración destacan El Motín (1881-1926), con una marcada tendencia anticlerical y republicana, La Broma (1881-1885), Don Quijote (1892-1902) y Gedeón (1895-1912).

Fundada por Luis Royo-Villanova y Sileno; Gedeón era de carácter antiliberal y antisocialista, considerado el primer proyecto español de periodismo humorístico moderno. La revista había heredado el humorismo conservador del SXIX fundado por El Padre Cobos (1854-1856 y 1869). En 1898 Gedeón fue suspendida por publicar una ilustración caricaturizando a distintos miembros del Partido Liberal.

Prensa Satírica  SXIX

Con un carácter menos agresivo y una orientación más amable y costumbrista aparece Madrid Cómico, (1880-1912) uno de los más importantes semanarios de toda la historia de la prensa de humor española. Con un tono satírico, castizo y festivo, la publicación trata la realidad española desde una óptica castiza madrileña que disparad contra el modernismo. Clarín, Sinesio Delgado, Sileno, Echegaray…

A finales del SXIX y comienzo del SXX las ilustraciones picantes proliferaron en publicaciones satíricas. Ilustraciones picantes y machistas. Entre las revistas españolas de este talante destacaron La Hoja de Parra (1911)Mundo Galante (1912), Satiricón (1914), El Viejo Verde (1914) y La Guindilla (1931) también de Wenceslao Ayguals de Izco.

A finales de los años 20 los regímenes políticos se suceden casi a despecho de la sociedad civil. Unamuno llama “las dos muletas del turno” a los partidos que sostienen la ficción democrática del régimen de la Restauración.

Segunda República

Con la proclamación de la II República en 1931, se pudo disfrutar de la libertad de expresión. Se mantuvieron las publicaciones de prensa satírica anteriores que desaparecerán más tarde con el comienzo de la Guerra Civil.

La Traca

Por su lado, La Traca recupera su nombre y se alínea con el Frente Popular con un humor más duro, más político y anticlerical.

Manuel Azaña era el blanco de la izquierda y la derecha

Durante la Segunda República y la Guerra Civil, La Traca llegó a vender medio millón de ejemplares. Su éxito de debía a su humor afilado, anticlerical y claramente alineado con el bando republicano, a la postre derrotado por el fascismo golpista.

La revista publicó caricaturas de Franco compartiendo yacija con un soldado moro de su batallón africano, Franco travestido, Franco convertido en un trasunto ridículo de Hitler, con su espadón sobre España…

El franquismo -que derrotó a los últimos reductos de la resistencia en Valencia, sede de la redacción de ‘La Traca’- nunca perdonó al director Vicent Miguel Carceller y a su dibujante Carlos Gómez Carrera, conocido como Bluff, las afrentas realizadas desde las páginas de la revista. La revista fue cerrada y ambos periodistas fueron condenados a muerte por adhesión a la rebelión militar.

Entre las publicaciones de la época encontramos:

Prensa satírica
«La Traca» y Franco.

Fray Gerundio, La Risa, El Dómine Lucas, El Fandango, La Cencerrada, El Garrotazo, El Trabuco, Palo de ciego, El Sepulturero, El Jorabodo, El Mata-Moscas, El Guirigay, El Estudiante, El Cangrejo, La Guindilla, El Straperlo, El Tío Fidel, La Tarántula, Calipso, El Moscardón, Palo de Ciego, El Sepulturero…

Gracia y Justicia. (1931-1936) : Órgano extremista del humorismo popular.

Predicar la Justicia, y hacerlo con Gracia… La publicación semanal de corte conservador combatió a los diferentes gobiernos de la Segunda República con verdadero ingenio.

Fue también una de las producciones de humor gráfico más importantes de la primera mitad del siglo XX. En su ideario señalaba como lema: “. Fue publicada por la Editorial Católica, comandada por Francisco Herrera Oria más tarde Cardenal. La tirada de Gracia y Justicia llegó a superar los 250.000 ejemplares y fue un referente durante los primeros gobiernos de la República.

Azaña en «Gracia y Justicia»

El semanario lo dirigió Manuel Delgado Barreto, quien ya se había dirigido el semanario humorístico El Mentidero.

Su ilustrador principal, el gaditano Areuger (Gerardo Fernández de la Reguera) , colaboró en publicaciones como El Mentidero, La Risa, Madrid Cómico, Buen Humor, Blanco y Negro, Muchas Gracias…  Entre los personajes con los que más se ensañó estaba Manuel Azaña, el político más satirizado por la prensa de derechas y de izquierdas.

Gracia y Justicia contó con colaboradores provenientes de Gutierrez Buen Humor como K-Hito, Soravilla, Orbegozo, Kim o Galindo, Demetrio, Fervá, Cyrano…Los textos estaban en su mayoría escritos por su director Delgado Barreto.

Tanto Manuel Delgado Barreto como Areugera fueron detenidos por milicianos izquierdistas y encarcelados en la Cárcel Modelo, posteriormente fueros fusilados en Paracuellos del Jarapa.

El Estraperlo y La Guindilla:

Ambas de carácter republicano anticlerical y de izquierdas. Tuvieron éxito durante la II República, se publicaba en la Editorial Atlántida que era propiedad del escritor decadentista Artemio Precioso. Se publicaron hasta julio del 36.

El humor en las publicaciones satíricas de entonces empezaba a aburrir a los lectores con tanto chiste sobre crítica política, así como el ambiente general en la prensa de adoctrinamiento y el arraigado estilo de discurso y oratoria. Con la consolidación del SXX y la revolución de las costumbres y del pensamiento, los nuevos transportes y la consagración del cine llevó a la búsqueda de otro concepto de humor más moderno.

Surge entonces la prensa satírica política del SXX con Wenceslao Fernández Flórez, Julio Camba en los años 10, los hermanos y comediógrafos Álvarez Quintero,Carlos Arniches, la astracanada de Pedro Muñoz Seca, el dramaturgo y maestro del humor Enrique García Álvarez y el gran genio del humor surrealista, Ramón Gómez de la Serna, su éxito consistía en que más que periodismo era literatura de la calle. Dando paso a la generación humorística del 27. 

Muñoz Seca
Ilustración de Enrique Herreros

Esta generación renovará la prensa , la literatura de humorismo y el teatro del humor.

Nombres como Enrique Jardiel PoncelaMiguel Mihura y Álvaro de Laiglesia quedarán para siempre en la historia del Humor en España.

En el SXX contábamos con articulistas de humor como los desaparecidos Tomás Salvador y Jaime Campmany, agudo periodista y poeta satírico que utilizaba su ironía e inteligencia para arremeter contra la izquierda aunque no se libraba tampoco la insustancial oposición de la derecha ni la sociedad en su conjunto. Actualmente contamos con la ironía radical ya algo debilitada de Alfonso Ussíapero de casta le viene al galgo y algo de casta gasta de su abuelo Muñoz Seca.

En El Humorismo es un Género de Vida (V) enlazaremos con las publicaciones de la II República y las que surgieron durante la Guerra Civil

El Humor de vanguardia en la Europa del SXX

Alfred Jarry, de quien André Breton diría años más tarde que «aniquiló como principio la diferencia entre arte y vida » fue el precursor del Dadaísmo, del Surrealismo y del Absurdo.

Su obra Ubú rey la escribió con quince años, lo que no es de extrañar ya que en su obra póstuma, Hechos y dichos del doctor Faustroll, patafísico , el protagonista y su alter ego, Faustroll, nació a la edad de 63 años, mientras Jarry moriría a los 34.

Ya muerto su creador funda el Colegio de Patafísica «sociedad docta e inútil dedicada al estudio de las soluciones imaginarias», entre cuyos socios “sátrapas” se encuentran entre otros, Max Ernst, Eugene Ionesco, Joan Miró, Boris Vian, Marcel Duchamp, Jean Dubuffet, René Clair, Joan Miró, Umberto Eco, Fernando Arrabal. …

En 1944 el francés André Breton, otro pionero de los movimientos antirracionalistas, escribe Antología del humor negro. Un humor que por lo que he podido comprobar aún hoy no es entendido por el español convencional confeccionado condicionalmente, creándoles conmoción sin contusión, más continua confusión convulsionando su cordura hasta rechazar el color, por racista de este humor o por creer que es cuestión de carisma en corrupción que cuestione el confesor en casta contradicción, pues del humor “negro” es el color como del cura el camisón.

En España, Ramón viajaba a Europa desde principios de siglo importando a sus tertulias del Pombo las obras de escritores como CocteauBaudelaireLautrèamont, los caligramas de Apollinaire, la intraducible comicidad de Molière, la ironía de Voltaire… en realidad De la Serna armoniza a Quevedo con Apollinaire, funde la vanguardia europea con el barroco español y es así como consigue esa personal síntesis y raro acento en su prosa, el ramonismo. Textos intemporales en los que se ignora las instituciones elevando la anécdota a estética.

Ramón fue la inspiración de la llamada “otra generación de 27”  la del humorismo, con una introducción más agresiva y avanzada ante el español, abrió las puertas a un nuevo humor. Para Ramón el humorismo no era un género literario si no un Género de Vida, una actitud ante la vida frente a la que se encuentra el «amarguismo» (…)

About Post Author

grvpatrimoniocultural

Guillermina Royo-Villanova (1975) Escritora y pintora. Combate la farsa y el encorsetamiento utilizando el humor como herramienta subversiva; en su discurso cuestiona lo establecido -no como invitación a la inconsciencia sino para ser consciente de otra manera-. Como continuidad a este género de vida sus poemas tratan la vida en toda la extensión de su salvaje belleza y ve en la catástrofe un motivo de conquista, sintiendo en la adversidad un motor suficiente. Como activista cultural organiza eventos culturales e imparte cursos y conferencias. Ha colaborado en La Razón (Arte), El Mundo, Yo Dona, El Cotidiano, Culturamas, Entretanto Magazine, El Imparcial, Tarántula Cultura, Pegando la Hebra y El Estado mental Radio.

Autor: grvpatrimoniocultural

Guillermina Royo-Villanova (1975) Escritora y pintora. Combate la farsa y el encorsetamiento utilizando el humor como herramienta subversiva; en su discurso cuestiona lo establecido -no como invitación a la inconsciencia sino para ser consciente de otra manera-. Como continuidad a este género de vida sus poemas tratan la vida en toda la extensión de su salvaje belleza y ve en la catástrofe un motivo de conquista, sintiendo en la adversidad un motor suficiente. Como activista cultural organiza eventos culturales e imparte cursos y conferencias. Ha colaborado en La Razón (Arte), El Mundo, Yo Dona, El Cotidiano, Culturamas, Entretanto Magazine, El Imparcial, Tarántula Cultura, Pegando la Hebra y El Estado mental Radio.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *